No hay amor
pero ni el propio reflejo derrite a la mirada
ni la caricia del aire calma a la mano intranquila.
No hay amor
pero el alma recuerda que se declaró desnuda
y busca entre las sombras
la imagen borrosa de la noche prohibida.
No hay amor
pero aún hay lugar para el cándido abrazo,
el elogio sincero y la tenue sonrisa.
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